El analista político y ex ministro Carlos Blanco, publica una novela sobre los efectos del populismo en su Venezuela.
Carlos Blanco se define a sí mismo como profesor y articulista en El Nacional y Noticiero Digital. La descripción en su perfil de Twitter ya arroja cuáles son los campos en los que se desarrolla como autor y escritor: política, economía, Venezuela y América Latina.
Tras la publicación de diversos ensayos de carácter político institucional como Un Programa para el Cambio; La Reforma del Estado en Venezuela; Revolución y Desilusión: La Venezuela de Hugo Chávez, Carlos Blanco se estrena con la novela Gran marcha hacia el abismo.
El autor sorprende a sus lectores con un nuevo género, que se asemeja a la ficción y dista de su reconocido perfil como analista político.
Profesor de la Universidad Central de Venezuela y de la Boston University, Ministro para la Reforma del Estado en el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, fuerte opositor del gobierno Maduro, Carlos Blanco publica esta novela que aborda la realidad de Venezuela de las últimas décadas.
La Venezuela de Carlos Blanco
Lo que en época isabelina se habría llamado la degeneración de la moral, encuentra plena identificación en la realidad de un país, Venezuela, que ya no es capaz de reconocerse en su supuesto liderazgo.
La Gran marcha hacia el abismo de Carlos Blanco es la marcha hacia el poder que traiciona aquella hacia la revolución.
Como sucedió con la toma de poder de Maduro e incluso antes de Chávez, la ilusión de una revolución efímera y desprovista de ideales reales conduce a un poder que necesariamente es también derrota, como negación de los principios de la democracia.
El abismo, del hombre individual y de todo un país, comienza donde mueren los ideales, en una referencia al romanticismo europeo en el que la salvación choca con la toma de conciencia.
El protagonista de la novela de Carlos Blanco, cuyo nombre llama a la memoria de un héroe de otros tiempos, Baldomero Perdigón, es en cambio espantosamente contemporáneo.
La dureza de sus facciones, el desengaño que le lleva a luchar por un lugar en el ‘Palacio’ se mezcla de manera obscena con la corrupción y la falta de escrúpulos, mal disimulada hasta alcanzar el objetivo final.
En esta imagen se condensa la representación de todo populismo.
Fenómeno que ronda la trayectoria histórica de los siglos XX y XXI aún poco protagonista en las novelas, encuentra en la pluma de Carlos Blanco una salida sincera y violenta.
La historia se mueve en el contexto de las décadas actuales y recientes de la historia de Venezuela.
La narración, oscilando entre estos dos tiempos, se erige como un monumento atemporal, en el que la similitud de los hechos producidos por aquellos principios que dieron origen a ambas formas de populismo, se proponen nuevamente en una suerte de loop atemporal.
La dimensión temporal, como la espacial, son una estratagema para dotar de organicidad a la novela de Carlos Blanco y al mismo tiempo constituir su esencia.
El derecho a contar la Historia: Carlos Blanco dibuja el régimen de Maduro
La novela de Carlos Blanco se puede inscribir en ese marco de autores-activistas, historiadores, analistas y escritores que han puesto sus saberes a disposición de una revolución cultural en oposición a los regímenes totalitarios que manipulan la información.
Desde los expatriados de la Europa nazi-fascista y franquista, pasando por los apátridas chilenos como el recientemente fallecido Sepúlveda de la dictadura de Pinochet, hasta los poetas norteafricanos encarcelados tras la Primavera Árabe.
Los nombres que podrían conformar esta lista son lamentablemente muchos y abarcan toda la historia de la humanidad, en cualquier geografía.
Su voz resuena entre las páginas de textos biográficos o de ficción, que tienen como denominador común el deseo de sumergir al lector en el presente o pasado de su nación, desde una nueva perspectiva que permita abrir los ojos en nombre del futuro.
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