El mercurio no miente. Con zonas superando los 44ºC, España vive uno de sus momentos térmicos más intensos del año, y los registros nos muestran que no estamos ante un fenómeno aislado. La danza de temperaturas extremas, fenómenos atmosféricos asociados y la persistencia del calor se han convertido en el ritmo del verano.
¿Qué nos dice la Aemet sobre este fenómeno?
De acuerdo con datos proporcionados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este 9 de agosto podría convertirse en el día más caluroso desde 1950. Con 40 provincias en 15 comunidades autónomas en alerta por altas temperaturas, regiones como Álava, Burgos, Córdoba, entre otras, se encuentran en riesgo extremo, esperando alcanzar entre 40 y 44 grados.
Alerta roja: áreas más afectadas
Los avisos rojos, aquellos que señalan un peligro extremo, pintan un panorama preocupante para diversas áreas del país. Álava, Burgos, Córdoba, Cuenca y otras regiones podrían experimentar temperaturas máximas de entre 42 y 44 grados. El calor intenso no discrimina, afectando tanto al norte como al sur de la península.
Comparativa con veranos anteriores
El verano de 2022 fue particularmente intenso, pero este 2023 nos presenta un escenario térmico con subidas y bajadas más pronunciadas de temperatura. Aunque el año pasado tuvo una constancia en su calor, este año nos sorprende con picos más extremos, lo que puede llevar a que este 9 de agosto supere a cualquier otro día del año anterior en términos térmicos.
La ciencia detrás del calor extremo
Según la Aemet, la intensidad de esta ola se debe a una masa de aire especialmente caliente que sobrevuela la península. Esta es, probablemente, una de las masas de aire más cálidas registradas, superando ampliamente los valores máximos medidos entre 1991-2020. Pero, no solo la península se ve afectada, también las Canarias presenciarán un aumento significativo de sus temperaturas durante gran parte de la semana.
Fenómenos atmosféricos asociados
La aproximación de una DANA (depresión aislada en niveles altos) aporta complejidad al panorama climático. Esto facilita la formación de nubes en la mitad norte y el tercio este, generando posibles tormentas secas —con mínima o nula precipitación— que pueden estar acompañadas de rachas fuertes de viento y precipitaciones en ciertas áreas. Las calimas, esas tormentas de polvo en suspensión, serán otro protagonista en la península y las Canarias.
Vientos y galernas: un giro inesperado
Mientras que las altas temperaturas dominan la atención, no podemos olvidar el viento. Este soplará desde el este en el Cantábrico, cambiando a oeste y generando fuertes ráfagas que podrían culminar en un episodio de galerna, un fenómeno meteorológico caracterizado por su repentina aparición y la caída brusca de las temperaturas.
Ante este escenario, ¿estamos preparados para enfrentar estos picos de calor? ¿Qué medidas se están tomando para garantizar la seguridad de los habitantes y turistas? Y más allá de todo, ¿qué acciones podemos tomar como individuos y comunidad para adaptarnos a esta nueva realidad climática? El tiempo nos dará respuestas, pero la anticipación y la conciencia serán nuestras mejores herramientas. ¡Mantente informado y protegido!