Tal y como se puede comprobar en el informe del Observatorio de la Mujer, la Empresa y Economía (ODEE) y el Gabinete de Estudios de la Cámara de Comerç de Barcelona, el estudio revela que los ámbitos donde más se han reducido las desigualdades en los últimos tres años están en los cargos institucionales y en la política. No obstante, aumenta la desigualdad en los indicadores de pobreza y empleo en I+D.
Otro dato interesante de este informe es que la reducción de las desigualdades en el mercado laboral se ha estancado en los últimos tres años, aunque las mujeres están cada vez más formadas en relación a los hombres. Además, el estudio alerta de la existencia de un techo laboral en el cual se impide a las mujeres trabajadoras con perfiles técnicos superiores acceder a los altos cargos y posiciones directivas.
Formación: Talento femenino
De las múltiples conclusiones que se pueden extraer de estos datos, es que el talento femenino va al alza. Las mujeres presentan un índice de formación superior (el 58% tienen títulos universitarios) respecto a los hombres.
Pero este mayor nivel formativo no se ha traducido en una reducción significativa de las desigualdades en el mercado laboral: las mujeres siguen teniendo una importante brecha salarial por hora (un 16%) y la mayoría de los contratos son a tiempo parcial (el 71% del total). En los tres últimos años la situación prácticamente no ha variado. Se está desperdiciando el talento femenino en el mercado laboral.
Las mujeres están cada vez más formadas y tienen más competencias para contribuir al crecimiento y desarrollo de la economía, pero este talento está en parte desperdiciado porque la reducción de las desigualdades en el mercado laboral está estancada (tasa de paro, jornada parcial, temporalidad, brecha salarial). Condiciones de vida de la mujer
Lo más destacado es la mayor tasa de pobreza femenina de las mujeres (20,7% frente al 18,3% los hombres) y el aumento de este diferencial respecto a hace tres años. También preocupa la menor pensión de las mujeres, un 29% inferior a la de los hombres, pero algo inferior al 31% de hace tres años porque se van jubilando mujeres con mayor vida laboral.
Preocupa que la pobreza femenina siga enquistada, fruto en buena parte de la carencia de ayudas públicas para familias monoparentales, falta de gratuidad de guarderías, etc.
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