La sociedad se encuentra una vez más conmocionada y en alerta: tres asesinatos machistas en solo un día. El impacto no es solo el número en sí, sino el rápido incremento que eleva la cifra a 36 víctimas solo en este año. En el epicentro de esta tragedia, encontramos historias que merecen ser contadas, no solo como simples cifras, sino como relatos de mujeres cuyas vidas fueron arrebatadas.
Historias detrás de las cifras
Zhour, una tragedia en Almería. A sus 27 años, perdió la vida en un barrio de la Pescadería. Frente a ella, uno de sus hijos; detrás de su muerte, su pareja. Sin antecedentes de denuncias previas por violencia, su historia nos hace reflexionar sobre las muchas mujeres que viven situaciones de peligro en silencio.
Pero Almería no fue la única provincia afectada. En Pozoblanco, Córdoba, otra joven de 31 años se convirtió en víctima. Tres niñas huérfanas son la dolorosa huella de este acto. Aquí, había antecedentes de denuncias por malos tratos, pero las medidas de protección habían cesado. ¿Cómo es posible que, incluso con advertencias previas, estos actos continúen?
La tercera víctima, en Valle Guerra, Tenerife, no se ajusta a la imagen estereotipada de una víctima de violencia machista. Una anciana de 91 años, cuyo esposo de 92 fue el presunto asesino. Las edades no son barrera para este tipo de crímenes, lo que intensifica la necesidad de una revisión profunda de nuestra sociedad y cómo abordamos esta problemática.
Un problema en ascenso: las cifras hablan
Desde que se inició el registro en 2003, los números nos muestran un panorama aterrador. Si se confirman los últimos asesinatos, seríamos testigos de 1.219 feminicidios en dos décadas. Más aún, 413 niños y niñas se han quedado huérfanos desde que se comenzó a registrar este dato en 2013. ¿Hasta cuándo permitiremos que estos números sigan creciendo?
Reacciones y acciones: la comunidad responde
La sociedad, lejos de permanecer indiferente, ha elevado su voz. Almería fue testigo de concentraciones en honor a Zhour, denunciando un aumento de la violencia respecto al verano pasado. Este es un indicador que no podemos ignorar, especialmente cuando desde el Ministerio de Igualdad se ha señalado que las vacaciones son períodos de especial riesgo.
Aurelia Jiménez, portavoz de la Plataforma de Acción Feminista de Almería, pone el dedo en la llaga al señalar la necesidad de contrarrestar políticas que debilitan las instancias y medidas de igualdad, tales como las concejalías de Igualdad o puntos violeta.
¿Qué papel desempeñamos cada uno de nosotros en esta lucha? ¿Qué medidas concretas se están tomando para frenar esta escalada? ¿Hasta cuándo las mujeres deberán temer por sus vidas? Es momento de no solo reflexionar, sino de actuar, de exigir y de proteger. No más cifras, no más historias truncadas. Porque cada vida cuenta, y es deber de todos garantizarlo.